MATTUK: De la introspección a la creación.


En algún lugar de La Ciudad de La Furia, existe una casa llamada el Toldo Rojo, un espacio donde viven diversos artistas, cada uno buscando su propia expresión y en esa casa hay una habitación, con pinceladas de vaquita. Inspirado en este espacio y en la historia que esas paredes podrían contarnos, surgió Interior Bovino, nombre del primer álbum solista de Mattuk. Martin Longoni “Mattuk” es un músico argentino, que aún no entra en los famosos listados de billboard ni nada por el estilo, pero es un descubrimiento de esos – como dicen los argentinos – Grosos. La primera vez que lo escuché llegó por recomendación de una amiga por facebook. Y la verdad, me enternecí,  suspiré, me alegré. Me movilizó, sí, es de esa música en la que escuchas los primeros acordes y ya sabes que te va a gustar. Algo similar a lo que me ocurrió con Sismo, apenas tres melodías y ya te enamoras, para siempre. ¿Por qué? Desde mi punto de vista, que siempre viene, desde lo más puro de mi curiosidadignorancia, se siente GENUINO. Es como cuando te comes un helado y el sabor es puro, o el primer trago de cerveza en pleno verano, o el primer beso con el chico que te gusta, ese primer encuentro en el que, desde lo más profundo, sabes que encontraste algo que se convierte en tesoro; en este caso tesoro para mis oídos. Según él su especialidad es el bajo, desde mi perspectiva es un músico integral, vive de la música, tiene más de 5 proyectos en los que cohabita para alimentarse emocional y económicamente.

Para entender su música no hay que saber tanto de él, pero cuando lo conoces descubres un sinfín de alegorías que te hacen sonreír. Por ejemplo: es vegetariano, por eso su habitacióncreación  es un músculo creativo. Además es tímido-interesante-divertido, uno de esos chicos con los que podrías conversar por largo tiempo. Ambos estábamos nerviosos, en su caso por ser la primera (de muchas que vendrán) entrevista que le hacen, y en mi caso, porque es el primer argentino que entrevisto, y a veces las palabras y esos divertidos canjes culturales pueden transmitir sensaciones diversas, cuando quieres decir algo y se percibe de otro modo…ah! Se llama comunicación. (Picadita de ojo).

Su sonido es profundo, ecléctico, podemos introducirlo en el género indie folk, pero como ya sabemos, yo no creo mucho en los géneros, sólo es para que sepan más o menos por dónde va;  sin embargo sus pinceladas melódicas pasan de un estilo a otro sin miedo, con pureza y genialidad,  líricas que pueden ser profundas y sencillas, risueñas, lúdicas y reflexivas.
Hace con lo que tiene, sí, es de ese estilo de personas que hacen con lo que tienen, no se detiene a esperar un gran productor, una discográfica, un manager, no hay ambiciones de ese estilo. Un día se sentó en su interior bovino y con lo que tenía a su alcance, produjo y creó su primer disco de solista, desde la simple necesidad de creer en sí mismo, por eso, repito, definitivamente, para mí él es genuino.

El albúm abre con Intro Bovina, un sencillo mugido de vaca que rompe en una melodía con su segunda canción Flotando En La Corteza, en un funk que nos recuerda algunas de las mejores piezas “funketas” de IKV, Fin De Año la cuarta entrega me hace sentir que todo es posible, su lírica es una invitación absoluta a la posibilidad de creer…  y así , avanzando en Mattuk, se refleja en Canción Para La Angustia, un tratado entre el autor y la sinceridad de un sentimiento, hablando desde sus propias experiencias, le siguen Hoy, En Un Sueño, Peluquero Celestial (una canción que seguro te hará sonreír), y donde queda demostrada la versatilidad de este talento argentino, que nos dibuja a través de sus canciones, melodías, ritmos, encuentros de emociones diversas, que no vale la pena seguir contando…  descúbrelo tú…
Aquí tienes todo el álbum dispuesto para ti, además, es gratis como el aire… simplemente ruédalo… para que muchos más puedan conocer a MATTUK.

Comentarios

Entradas populares de este blog

PEZ: Arte callejero que sonríe desde 1999.

Julieta Arroquy: Un corazón que dibuja humor.

Pablo Ramírez: Una ópera textil.