Yo, indocumentada.

Ser aceptados como somos. Llamarnos como queremos ser nombrados. Ejercer la libertad de ser, yo, tú, él, nosotros. Tener derecho a elegir lo que queremos y ser apoyados en dichos procesos por la sociedad. Creo que cualquiera que lea este párrafo puede sentirse identificado. 

Tamara, Desirée y Victoria, tres personas de nacionalidad venezolana persiguen un objetivo: Lograr que sus cédulas,  esos rectángulos de 57 x 83, que definen sus nombres y géneros coincidan con quienes son. 

Yo, indocumentada, más que la historia de tres mujeres transexuales, habla de la lucha que emprende un ser humano por ser aceptado como es y como se siente. El viaje de una vida en la que encontrarnos con nosotros mismos, es una premisa; y mucho más complejo, si cuando el cuerpo con el que nacimos no corresponde a lo que sentimos. 

Lejos de desarrollar las historias emocionales de estas protagonistas, y de sumergirnos en sus vidas personales (interesantes por otro lado), el documental es un abrebocas para conocer la historia que atraviesa una persona transexual. Es una invitación a la apertura, al descubrimiento de realidades a las que quizás nos acercamos poco, lejos de prejuicios, en mi caso, simplemente porque más allá de Almodóvar jamás me puse a pensar en lo complejo que puede resultar nacer en un cuerpo que no te pertenece y luchar toda la vida interna y EXTERNAMENTE, por encontrarte contigo mismo, y además emprender una lucha por ser identificado legalmente como realmente eres. 

"La sociedad nos asigna lugares y tenemos que cumplir con ellos" reza Tamara Adrián, protagonista principal, abogada y docente de la facultad de derecho de la Universidad Católica Andrés Bello. 

Desde antes de nacer, ya tenemos y somos dueños de nombres, de sueños, de significantes que nadie sabe si realmente nos identificarán. Nos asignan lugares y tenemos que cumplir con ellos. Sin embargo otros rompen las barreras, se enfrentan desde pequeños a sentirse atraídos por lo que no es "moralmente correcto" se dibujan a través de otro cuerpo, desconocen partes físicas de sí mismos,  y empiezan a luchar contra esa imagen en el espejo que no les pertenece, así van cambiando y cada cambio simboliza una lucha emocional y social, que en la mayoría de los casos termina excluyéndo y señalando a cualquiera que se salga de lo que nos han impuesto como "personas normales". 

En medio de un conflicto en el que parece más fácil pasar la vida adaptándose a tu "forma natural" que perseguir lo que realmente sientes, Tamara una abogada, Desireé una estilista, y Victoria una estudiante de artes han aprendido a ser "tolerantes con el intolerante"- menciona Tamara. 

Emprendieron la difícil cruzada de luchar por su cambio de nombre y género en sus documentos de identidad, un activismo incansable y una fé dispuesta a mover montañas son los ejes fundamentales de su incansable lucha.


Hay una diferencia abismal entre las situaciones de personas que nacieron en un cuerpo con el que no se sentían ellos/ellas, y, para mí, existe un común denominador entre  los seres humanos, y es que cada día uno se levanta tratando de encontrarse con uno mismo e intentando encajar y tolerar circunstancias, y ya es bastante complejo. Ellas además luchan a diario con múltiples prejuicios, insultos, agresiones y actos que no estremecen a la sociedad. Cuando una de ellas debe ir a un banco y sacar su cédula que no las reconoce como lo que son, el prejuicio del otro lado no es juzgado. 

El pronombre ellos, para mi no aplica. Decir ellos es señalar una ruptura con lo que somos como individuos hacia lo colectivo. Ellos somos nosotros, Yo, indocumentada, te acerca a una realidad diferente, transmitiendo de una manera sútil, lejos del amarillismo y lo escandaloso, la vida de tres transexuales en búsqueda de una identidad que represente lo que son. 

Yo, indocumentada, es la ópera prima de Andrea Baranenko, bajo la idea original y producción de Daniel Ruiz Hueck. Un documental bien estructurado, con chispas de humor como buenos venezolanos, una colorización y una música maravillosa, y una invitación a mirar distinto, una invitación a seguir siendo tolerantes con la vida, a luchar por nuestros sueños, a generar valores y sobretodo a sembrar el amor por la diversidad.

"El registro civil te ha dado,
un nombre de hombre
el registro civil te ha condenado
mujer sin nombre". FabioVomer



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